Inti Raymi en la cosmovisión andina


Introducción

Hace miles y miles de años, estos territorios que ahora pisamos fueron territorios vírgenes, tenías otras formas de vida, basados en lo comunitario, en la familia. Fuimos pueblos guerreros, astrómomos, muy avanzados en la ciencia, el arte y la espiritualidad. Teníamos nuestra propia escritura, nuestra lengua florecía en nuestra voz.

Nuestro tiempo no era el tic tac del reloj occidental al que hora miramos de minuto en minuto, nuestros taytas y mamas, calculaban los tiempos con la mirada en las constelaciones y en el sol. El tiempo en sí sino para orientarse en cuanto a las chakras, cuando sembrar, cuando des hierbar, cuando cosechar.

Hace más de 520 años con la llegada de los españoles muchas de estas cuestiones cambiaron, se acoplaron o mutaron a costumbres que se basaron en lo católico. Sin embargo se han mantenido como un sincretismo religioso con tradiciones que han ido cambiando.


El calendario agrícola

Se origina entonces el calendario agrícola, dentro de la cosmovisión andina, según la cual el mundo es una totalidad viva que se expresa en todos los seres y en sus manifestaciones más diversas. Primero somos la tierra, la tierra necesita el agua, el agua necesita el aire y el aire necesita el calor. Por eso se marcan cuatro tiempos importantes que rondan el 21 de marzo, 21 de junio, 21 de septiembre y 21 de diciembre. Los dos solsticios y dos equinoccios, que fueron fijados para poder trazar el Inti Ñan o camino del Sol.

Alrededor del 21 de septiembre, con el equinoccio de otoño, los pueblos andinos celebramos el KUYA RAYMI que es la fiesta de la luna, de la feminidad y la fertilidad, coincide con los festejos católicos de San Ana. 

Alrededor del 21 de diciembre, con el soslticio de verano, los pueblos andinos celebramos el KAPAK RAYMI fiesta dedicada a la continuación de la vida, a los niños y jóvenes. Coincide con la festividad de Navidad y fiesta de reyes.

Alrededor del 21 de marzo, con el equinoccio de primavera, los pueblos andinos celebramos el PAWKAR RAYMI o fiesta del florecimiento o Sisa Pacha, TumariPukllay. Coincide con las fiestas de carnaval en el mundo occidental.

Alrededor del  21 de junio, con el solsticio de invierno, los pueblos andinos celebramos el INTI RAYMI o fiesta del sol y de las cosechas, Coincide con las fiestas de San Juan Bautista, San Pedro y San Pablo del mundo católico, generando así una lucha constante entre el olvido y el recuerdo del nombre original.


El mundo andino y cósmico

Para el mundo andino la realidad es un espacio de interrelación entre lo cósmico y natural, para él nada es suelto, todo se encuentra en constante relación y es por ello que la espiritualidad se la ve, expresa y siente a través de acciones concretas que parten también de ese principio de reciprocidad, como por ejemplo rendirle ofrendas a la Pacha Mama, a la que antiguamente durante la siembra y la cosecha se le cantaba. El tiempo es circular y variado, el pasado y el futuro se recrean y se renuevan en el presente, esa es la dinámica de la vida, así se explica que el baile de esta temporada tenga también forma circular y que los bailarines cambian de dirección cada cierto tiempo. 

En Inti Raymi o fiesta del Sol nos encontramos en la época de la creatividad, la liberación del cuerpo y del pensamiento, para que florezca la palabra, el verso, el canto y rendir homenaje a las cosechas y a la Madre Tierra. Esta es la fiesta mayor de los pueblos andinos, la fiesta del sol en donde el maíz es el elemento importante. El maíz sembrado en septiembre tarda 9 meses en todo el proceso para llegar a ser maíz dorado y listo para ser usado en las diferentes preparaciones de las festividades.

Esta festividad es la más importantes del mundo andino, el ritual de los hijos del sol sobrevive en el alma de su gente. Evidentemente el Inti Raymi ha sufrido cambios en su forma a través de la historia, pero en el fondo su significado espiritual aún permanece. Es una festividad dedicada a las deidades ancestrales en agradecimiento a las cosechas obtenidas y a la fecundidad de la pachamama o madre tierra. 

Ritual del Armay Chishi

Es un ritual donde se acude a los lugares sagrados (ríos, cascadas y vertientes) a fin de obtener nuevas fuerzas y energías de la naturaleza. Se trata de dar inicio a una serie de eventos naturales y cósmicos.

En Inti Raymi o Fiestas del Sol los pueblos originarios de nuestra zona danzaban como un ritual y como una ofrenda de su danza y su música, y para ello podían disfrazarse de la pachamama y sus animales o seres de la mitología andina para encontrar el AYARINA, que significa el recobrar el espíritu del monte o del ser que elegía para de esta manera fortalecer su espíritu y convertirse en aquel con el ritual ceremonial del baile y de lo sonidos de sus instrumentos musicales. En el noveno día sus cuerpos entraban a otros estados de conciencia. Quizá su música tenía el mismo poder concentrador de energía como tienen los mantras o cantos sagrados. Ahora la modernidad ha traído el concepto de disfrazarse como super héroes o personajes de la farándula televisiva por el desconocimiento y por la influencia de los medios de comunicación con sus programas sin contenido. Sin embargo la energía que tienen se siente y vibra tanto como en tiempos antiguos. De ahí proviene el término Aya uma.

El Aya Uma
Es el personaje más importante del Inti Raymi y su traducción es LÍDER ESPIRITUAL, no tiene nada que ver con la cabeza del diablo como se lo traduce erradamente por el mundo católico. Este concepto fue dado por la iglesia católica quienes debido al desconocimiento de la ciencia andina y la cultura local satanizó la espiritual andina. Este personaje está lleno de mucho simbolismo: su máscara de dos rostros representa la dualidad en el mundo andino así representa el día y la noche, el pasado y el futuro, el uray y el hawa, el norte y el sur; sus cabellos en número de doce representa a la serpiente que es el símbolo de la sabiduría ancestral, su vestido es un conjunto de remiendos que simbolizan el nivel de descuartizamiento sufrido por la cultura local tras la conquista. En conclusión el aya uma es visto y entendido como el líder espiritual de los andes, como un concentrador y poseedor de las energías de la pachamama y por ello responsable del orden espiritual y cósmico que debe regir a los pueblos andinos.

Música del Inti Raymi
Son sonidos espirituales que irradian poder a través de los cantos de poder (churay, humpisapa, kary kary, entre otros). Acompañan el gran retumbar del corazón de la pachamama y las resistencias de los pueblos originarios ante la hegemonía del mundo globalizado.

La danza
Es un constante zapateo que es una invitación a la madre tierra a permanecer despierta y atenta a los rituales que le ofrendan sus hijos.

La toma de la plaza
En muchos de los pueblos realizamos la toma de plaza, que es la reunión de todos los priostes en un lugar central de las comunidades, se reúnen con fuerza y coraje para establecer una territorialidad. Es uno de los eventos más simbólicos de la resistencia de los pueblos, que simboliza tradicionalmente el poder político, económico y religioso entre las comunidades.
En Cotacachi, según la costumbre el objetivo de las comunidades es tomarse simbólicamente la plaza, los participantes son vistos como guerreros y mientras dura el Inti Raymi las comunidades de arriba y abajo son enemigos acerrimos. Los atuendos de ambos bandos está formado por un peculiar sombrero de cartón con punta, al cual le pintan una serie de símbolos algunos tan extravagantes como la swastika relacionada con los nazis, el objetivo es infundir temor en sus enemigos. Además visten zamarras de piel de animales, llevan como armas las duras raíces del palo de la ortiga en las que incrustan aciales de cuero o metal. Los tushuks o danzantes pasan por cada esquina de la plaza, el objetivo es dar tres vueltas a la plaza. Si se encontraran las comunidades rivales seguramente habrán enfrentamientos. Esto es lo que en toda el Abya Yala se denominaba TINKUY, que es una lucha simbólica entre mitades rivales, típica de los Andes, y representa el encuentro, unión, equilibrio y convergencia. Como danzas guerreras que rememora la confrontación de las comunidades por mantener la hegemonía de los espacios rituales, la confrontación sin embargo no generaba enemistad, concluido el Inti Raymi las comunidades mantenían los lazos de apoyo y solidaridad. Todo enfrentamiento entonces era un acto simbólico de búsqueda del equilibrio, que podía incurrir en enfrentamientos no necesariamente con derramamiento de sangre, con este acto simbólico para "limar asperezas" y continuar con la hermandad.



Contexto histórico del Pueblo Kichwa Karanki

Los pueblos Kichwa Karankis, estamos asentados en territorio Imbabureño, comprende el territorio de lo que ahora es el Cantón Ibarra y Cantón Pimampiro de la Provincia de Imbabura en Ecuador. 

Con la conquista nuestros pueblos vieron trastocada su cultura y tradición. Los españoles y la iglesia católica se asentaron en la mayoría de los valles del Ecuador, convirtiéndolas en haciendas e imponiendo su propia fe y ritualidades, usando la mano de obra para la sobrevivencia, estas haciendas seguían las premisas de lo que los patrones imponían, cambiando todo el contexto espiritual. 

Por ello en muchos de los pueblos, aún se mantiene este sincretismo religioso y se festeja las fiestas españolas de San Juan, San Pedro y San Pablo. Cuya dinámica era llevar ofrendas a los patrones de haciendas y autoridades eclesiásticas como un tiempo de acercamiento y de poder vivir cierta libertad de las labores cotidianas para compartir en familia. De esta manera, aprovechando la fe y la necesidad espiritual, los hacendados y los curas imponían sus reglas y usaban los iconos que ellos decidían como el uso de caballos, diezmos, primicias, agrados, ramas de gallo y carga de frutas. 

Luego de las constantes luchas en 1944 aparecieron líderes y lideresas indígenas como mama Tránsito Amaguaña y Dolores Cacuango quienes aun siendo analfabetas fueron partícipes de diferentes rebeliones, sindicatos de trabajadores campesinos  y jornadas revolucionarias exigiendo particularmente la concreción de la tantas veces prometida reforma agraria y el reparto de tierras. 

La cultura y tradición se han mantenido de esta manera en los diferentes instancias, aún se mantiene esta manera de celebración con el uso de estos iconos que se fueron agregando en las luchas de resistencia de los pueblos originarios, sus procesos colonizadores y de conquista (los santos, los priostes, las misas, los diezmos, las ofrendas, entre otros); es por ello la importancia de conocer la historia, la ciencia y la espiritualidad de nuestros pueblos milenarios para vivir con plenitud nuestras fiestas ancestrales.

De esta manera recuerdo la hermosa frase de mama Dolores Cacuango, que presagia el continuo retorno del conocimiento ancestral, del espíritu de fuego de nuestros abuelos y abuelas que son estrellas que brillan eternas en la cruz del sur que se plasma en nuestro cielo:

“Somos como la paja del páramo, que se arranca y vuelve a crecer y de paja de páramo sembraremos el mundo”. Dolores Cacuango.


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