Ríos de poesía del mundo recorren las calles de Medellín

 


Del 13 al 20 de julio de 2024, se celebró el 34° Festival Internacional de Poesía de Medellín.

En este período de siembra, cosecha y deshierbe, bajo la luna creciente, se ha cultivado la semilla de versos que brotan desde todos los rincones del planeta. Cinco continentes se unieron en una sola voz, tejiendo una amalgama de sentimientos en diversos idiomas. Voces nacidas de la transformación personal y de las manifestaciones sociales buscan ser el eco de los pueblos, compartiendo una sed común de felicidad, paz y amor consciente. Un amor que nos invita a mirarnos en el reflejo del otro con familiaridad y empatía.

Recorrer las calles de Medellín y esparcir el polen de esta flor poética ha sido un compromiso y una responsabilidad para aquellos que hemos sido convocados como sembradores de la palabra esencial.

Nuestra sensibilidad humana se ha llamado a cosechar, con mochilas llenas de palabras florecidas y sentimientos cultivados en el "chakra" del corazón. Hemos recogido lo que el 34° Festival Internacional de Poesía de Medellín ha sembrado durante años con una labor maternal y paternal amorosa, constante y vigilante, reconociendo a Medellín como la capital mundial de la poesía. Así lo hemos sentido al ser reconocidos en parques, taxis, farmacias y otros espacios públicos, probablemente por nuestras sonrisas, miradas curiosas o atuendos singulares. Muchos lugares, especialmente los corazones abiertos de la gente, han acogido a nuestros ancestros, abrazando calurosamente nuestras historias sagradas.

Salas, auditorios, instituciones educativas y agrupaciones han recibido nuestras creaciones literarias con la fuerza de las olas que besan el mar.

El objetivo del festival sigue cumpliéndose: abrir caminos y espacios de diálogo, cuestionar y cuestionarnos, soñar con ser agentes de cambio en una tierra que tanto lo necesita. Es una fiesta de la palabra que nos invita a la transformación social, rompiendo paradigmas y generando nuevas perspectivas.

Agradecemos a los poetas por mostrarse al mundo con sus palabras, cantos y fuerzas. También a la gente de Medellín por la calidez de su pueblo y sus sonrisas infinitamente coloridas.

Gracias a la vida por brindarnos la oportunidad de vivir y contar nuestras historias al mundo. Agradecemos profundamente a ese grupo de soñadores que, durante 34 ediciones, han perseverado en una labor que exige un amor comprometido por la poesía, permitiendo que resonaran tantos cantos de amor al planeta.

Gracias a la familia Rendón y a su equipo de trabajo por su sensibilidad, corazón y amor en todo lo que hacen, por haber hecho posible que nuestras voces, las de nuestros padres y abuelos, resuenen en la "ciudad de la eterna primavera". 

Que la poesía continúe siendo el pretexto para liberar la palabra y el ente transformador capaz de despertar la conciencia del mundo.


¡Larga vida a la poesía!


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